Todos los autores deben haber experimentado ese terrible momento: encontrarse frente a una hoja de papel o una pantalla, sin poder escribir nada. Este fenómeno, conocido como el «síndrome de la página en blanco», puede afectar rápidamente a la motivación y, sobre todo, a la moral. Pero, ¿a qué está vinculada esta ansiedad y, sobre todo, cómo puede evitarse?
¿Cuál es la causa del síndrome de la página en blanco?
Que se acabe la inspiración, que no salgan las palabras: este es sin duda uno de los mayores temores de todos los autores. Este miedo tiene un nombre: leucofobia. Pero es más conocido por los siguientes nombres: ansiedad de «página en blanco» o «síndrome de la página en blanco».
Las ideas no llegan y este bloqueo crea frustración a la hora de escribir. Si te encuentras en esta situación, estate tranquilo: todos los autores han experimentado esta desagradable sensación de no avanzar.
Así que lo primero que hay que hacer para evitar el bloqueo del escritor es poner en palabras lo que está causando este bloqueo y definir las razones del mismo. Estas causas pueden ser múltiples:
Demasiada presión
Miedo: el miedo al fracaso, pero también el miedo a no tener éxito, o a ser juzgado negativamente por sus allegados o por el público.
En primer lugar, es posible que el autor se haya presionado demasiado. Se dice a sí mismo que ha encontrado el guión del siglo o que va a producir una verdadera obra maestra.
Excepto que cuando se pone a escribir… es una ducha fría. La brecha entre lo que le gustaría escribir y lo que puede escribir es demasiado grande y provoca un bloqueo.
Insatisfacción permanente de su trabajo
Perfeccionismo: esto puede llevar a un exceso de investigación, demasiada información y demasiado texto del que es difícil deshacerse.
Si el escritor tiene un trabajo muy importante que hacer o tiene muy poco tiempo para hacerlo, también puede sucumbir al síndrome de la página en blanco por el miedo a hacerlo mal.
Objetivos (demasiados) ambiciosos
Ambiciones demasiado altas: tener ambiciones es necesario, pero poner el listón demasiado alto y establecer objetivos poco razonables puede llevarte a un callejón sin salida.
Capacidad y confianza en si mismo
Falta de confianza en sí mismo: repetirse a sí mismo que no tendrá éxito, que sus ideas son malas o que otros autores son más brillantes le llevará inevitablemente a dudar de sí mismo y a bloquearse.
Ambiente que nos rodea
El entorno: tanto material (una habitación ruidosa, una oficina incómoda) como personal (conflictos, problemas de salud, problemas financieros, etc.).
Creatividad a media asta
Otra posibilidad es que el escritor esté completamente en falta de inspiración. Pueden sentir que ya han agotado todas sus mejores ideas y que no tienen más ideas en la cabeza.
Cuando un escritor se enfrenta a un marco aburrido y predecible, puede perder parte de su creatividad. Ya nada les estimula, están encerrados en una rutina que les hace un flaco favor.
Si un escritor tiene problemas en su vida personal, también puede trasladarlos a su escritura. Si un escritor tiene problemas en su vida personal, puede trasladarlos también a su escritura, y si está preocupado por sus preocupaciones, no puede liberar su mente lo suficiente como para concentrarse en su escritura.
¿Cómo evitar la ansiedad de la página en blanco?
No existe una fórmula mágica para evitar el bloqueo del escritor. La solución vendrá de ti mismo, en función de las causas que hayas identificado. Sin embargo, hay algunos consejos y trucos que pueden ayudarle a encontrar la inspiración más rápidamente.
Continuar escribiendo
¿Ya no puedes escribir? La mejor solución es… ¡escribir! No, esto no es una broma ni una provocación. Ante la angustia de la página en blanco, el mejor remedio es rellenar los espacios en blanco. ¿Con qué? Cualquier cosa que se te ocurra, incluso de forma desestructurada. Esto te permitirá desatascarte y reabrir poco a poco el «grifo» de tu inspiración, para que el flujo de palabras vuelva a fluir.
Saltarse partes
¿Está atascado en un pasaje y no encuentra la inspiración? Deja de torturar tu mente y empieza a escribir una parte más fácil. Una vez más, esto le dará confianza y motivación en su trabajo.
A continuación, puede volver a la parte anterior. Asegúrate de que sólo es el primer borrador y que, de todos modos, lo habrías retomado más tarde.
Escribir sobre otro tema
Si no sabes escribir, bien. Pero, ¿has probado a escribir sobre otra cosa? En lugar de delirar con el mismo escrito que no puedes terminar, intenta escribir sobre otra cosa.
Si estás escribiendo un artículo o tu tesis doctoral, intenta empezar a escribir un relato corto, por ejemplo. Este método tiene la ventaja de hacer que vuelvas a tener un estado de ánimo positivo. Te sentirás más exitoso si puedes escribir fácilmente sobre algo que te gusta.
Cuando vuelvas a la escritura que te causaba problemas, es probable que la situación se haya resuelto.
Dejar de escribir cuando aún estás inspirado
Puede parecer sorprendente, pero para evitar la angustia de la página en blanco, hay que saber parar. Cuando la inspiración está ahí, cuando tu imaginación bulle, lógicamente quieres seguir escribiendo. Sin embargo, si te detienes, y sobre todo si sabes cómo reanudar tu historia, evitas el riesgo del bloqueo del escritor.
Una técnica utilizada por Ernest Hemingway, entre otros. Sólo podemos creer y seguir los consejos de tan gran autor.
Expresarse oralmente
¿Es incapaz de poner sus pensamientos por escrito? Luego, exprésalo oralmente. Concreta tu historia, tus ideas, contándoselas a un amigo o familiar.
Incluso puedes hablar en voz alta por tu cuenta. Hablar puede ayudarte a ver las cosas con más claridad, a desenredar tus ideas, a hacerlas menos confusas. En resumen, responda a esta sencilla pregunta: «¿Qué quiero decir? Este desbloqueo a través de la palabra le facilitará volver a escribir.
Cambiar de aire
Si te quedas atascado, no hay nada como un pequeño cambio para empezar con buen pie. No hay necesidad de rumiar durante horas una historia que no avanza. Tómate un descanso, sal a pasear, échate una siesta, cocina…
En definitiva, haz otra cosa y desconecta de tu trabajo. También puedes cambiar de lugar, yendo a escribir a un café, a un parque, etc. Este nuevo entorno puede potenciar su imaginación.
De hecho, una buena manera de encontrar la inspiración es tomarse un descanso. Si has estado atascado en un escrito durante horas, es importante que lo dejes pasar un rato. Haga el tiempo que haga, ¡salga de su casa!
El aire fresco, el sol, incluso la lluvia, te harán bien. No dudes en salir a pasear sin ningún objetivo concreto, sólo por el placer de descansar la mente. Hacer deporte al aire libre (caminar, senderismo, ciclismo, deportes de invierno…) es una muy buena manera de pensar en otra cosa.
Además, quién sabe, la inspiración puede venir del mundo exterior…
Estimule su creatividad
¿Falta de inspiración? Hay muchas formas de potenciar tu creatividad. Tienes que alimentar tu mente dándole algo que «digerir».
Para ello, utilice todos los medios artísticos a su alcance: lea libros, vea películas, escuche música, vaya a exposiciones, salga de fin de semana o viaje si puede… No te limites a los ámbitos que te interesan. En cambio, ábrete a temas en los que no te habrías adentrado por tu cuenta.
Esta es la mejor manera de hacer descubrimientos emocionantes que darán a su imaginación algo que hacer.
Eliminar las distracciones
Por otro lado, no caigas en la trampa contraria de depender de tus distracciones. Para evitarlo, empieza por eliminar todas las fuentes de tentación de tu espacio de trabajo. Cuando estés escribiendo, no debes ser interrumpido cada cinco minutos por el timbre de tu teléfono o la llegada de un correo electrónico.
Hay un momento para todo: no interfieras con tu escritura haciendo otras cosas al mismo tiempo. Aunque la mayoría de nosotros cree que hacemos varias cosas a la vez, está demostrado que nuestro cerebro sólo puede hacer una cosa (bien) a la vez.
Inscribirse en un taller de escritura
Si el bloqueo del escritor persiste y ninguna de las soluciones anteriores funciona, todavía hay una carta que puedes jugar: los talleres de escritura. Se trata de talleres temáticos en los que se reúnen personas amantes de la literatura y la escritura. Durante las sesiones, o entre dos talleres, los facilitadores dan ejercicios para hacer.
Estos ejercicios suelen tener uno o varios objetivos: ayudar a los escritores a salir de su zona de confort y ayudarles a encontrar o desarrollar su creatividad.
No dudes en buscar talleres de escritura cerca de ti. Un cambio de escenario y el contacto con otros escritores pueden ser útiles.
Crear una rutina
Una buena manera de ser productivo y eficiente cada día es crear una rutina. Antes de empezar a escribir, sigue el mismo pequeño ritual. Puede ser prepararse una taza de té, estirarse, leer el periódico…
Al principio puede parecer inútil, pero a medida que se repita la rutina, se convertirá en parte de su mente. Su cerebro se pondrá automáticamente en modo «trabajo» y tendrá menos problemas de concentración o de síndrome de la página en blanco. Cuidado: para que esto funcione, hay que hacerlo siempre y no sólo de vez en cuando.
Probar el ejercicio de los post-it
El ejercicio del post-it es bien conocido por todos los que trabajan en un sector creativo (diseñadores, novelistas, publicistas…). Coge post-its y anota una idea o tema en cada uno. No pienses demasiado y deja que tu mente trabaje como le parezca.
Por ejemplo, impresiones, estados de ánimo, colores, extractos de diálogos… Al final, junta todos los post-its para tener una visión general. Esto te dará ideas para seguir escribiendo.
¿El síndrome de la página en blanco ha desaparecido?
Hay uno o dos consejos que te funcionarán mejor, aunque al principio sientas que estás escribiendo tonterías. Al fin y al cabo, las primeras palabras y frases suelen ser las más difíciles de empezar. Cuando empieces a escribir, todo tu cerebro se pondrá en modo escritura. Poco a poco, la energía creativa se apoderará de ti.
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