Cómo encontrar inspiración con clásicos olvidados

Inspiración en los Clásicos
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Imagina una vieja biblioteca, cuyos estantes de madera desgastada se inclinan bajo el peso de los libros, desde aquellos con portadas brillantes y relucientes hasta los más descoloridos por el paso del tiempo. Un manto de polvo cubre los libros más antiguos, aquellos que ya no se discuten en las mesas de las cafeterías ni figuran en las listas de «Los mejores 50…» o «Los imprescindibles 10…». Pero, ¿acaso estas joyas olvidadas han perdido todo su valor?

Piensa en un libro que alguna vez estuvo en todas las manos, el objeto de admiración, de críticas enérgicas, de debates acalorados. Hoy en día, descansa en silencio en algún estante, sus páginas amarillentas y su aroma añejo ya no llaman la atención de las nuevas generaciones. Pero no nos equivoquemos, cada una de estas obras es una cápsula del tiempo, un reflejo de los «tics» editoriales de una era.

Es cierto, estos «tics«, estas tendencias repetitivas en la literatura, a veces parecen ahogar la originalidad, creando un mar homogéneo de similitud. Y puedes pensar, ¿qué consecuencias podría tener esto? Pero, ¿y si te dijera que este aparente estancamiento es, de hecho, una invitación a explorar lo desconocido?

Es momento de echar una mirada más profunda. Para los escritores en ciernes y, en particular, para los autoeditados, estas joyas olvidadas pueden ser faros en la oscuridad, enseñándonos que cada época, por más homogénea que parezca, alberga la posibilidad de la innovación.

 

Un paseo por los caminos estandarizados de las Políticas Editoriales

La Era de la Estandarización: ¿Qué Significa?

En la encrucijada de la literatura moderna, nos encontramos con un fenómeno peculiar: la estandarización editorial. Como un eco reverberante en un gran cañón, parece que los editores siguen las mismas «líneas guía» editoriales, independientemente de su nicho temático. Esto lleva a un conjunto de normas sobre lo que se puede decir, cómo se debe decir y, lo que es más importante, lo que se debe evitar.

 

Desenmascarando las Causas de la Estandarización Editorial

Podemos identificar dos catalizadores principales para esta estandarización. El primero es de naturaleza técnica y de reciente desarrollo, mientras que el segundo es el producto de una evolución gradual en la definición de la libertad de expresión. Ambos se alimentan mutuamente, convirtiendo el panorama literario en un pastiche indigesto e insípido.

El primero se refiere a la Inteligencia Artificial y su incursión en el mundo de la publicación y la escritura. Cada día, la calidad de la producción de la IA, como ChatGPT, mejora progresivamente. Como una esponja absorbente, incorpora todo lo que consume.

En contraste, muchas creaciones humanas parecen retroceder por conformismo o simple falta de creatividad. Este cruce de caminos todavía no afecta a las grandes editoriales, pero es palpable en la escritura web. Sin embargo, la supervivencia de los editores web está garantizada siempre que el Sr. Google mantenga su política de fomentar la relevancia y la originalidad en las respuestas a las solicitudes que recibe.

La segunda causa radica en la autocensura que practican los autores y editores, a menudo sin darse cuenta, por temor a posibles acciones legales en respuesta a lo que publican. Esto parece señalar un cambio de la total libertad de expresión hacia un respeto casi obligatorio a ciertos marcos de pensamiento.

 

El Efecto Dominó: Las Consecuencias de la Estandarización de las Políticas Editoriales

La estandarización de las políticas editoriales, aunque inconsciente, tiene al menos tres consecuencias:

Huida de los Lectores Expertos hacia los Clásicos

La primera es el desencanto de los lectores experimentados, que se alejan masivamente de las producciones contemporáneas. Estas, con frecuencia, se reducen a escritos simplistas y circunstanciales que parecen seguir la misma fórmula.

Esta situación da lugar a un resurgimiento en el interés por los valores seguros y atemporales: los «clásicos». Estos son los libros que han resistido la prueba del tiempo y siguen siendo relevantes décadas, o incluso siglos, después de su primera edición.

 

El Deterioro de la Calidad Editorial

La segunda consecuencia es que un libro que sigue al pie de la letra estas políticas editoriales estandarizadas solo puede venderse mediante una estrategia de marketing agresiva y una narrativa sensacionalista. Esto ha llevado a un punto donde el contexto ha superado en importancia al contenido.

 

El Renacimiento de la Autoedición

Por último, pero no menos importante, surge un efecto secundario, inesperado, pero bienvenido: la autoedición emerge como un espacio de libertad, una oportunidad que muchas editoriales tradicionales ya no pueden ofrecer. Después de todo, los negocios son negocios.

 

Los Clásicos Olvidados: Una Fuente de Inspiración Renovada

Al liberarnos de las restricciones de las «directrices» editoriales, que en esencia son solo manuales de conformidad y marketing, podemos volver a experimentar la emoción y la pasión inherentes al acto de escribir.

Este desapego de las tendencias editoriales predominantes no es motivo de lamento. De los miles de libros publicados cada año, muy pocos proporcionan una compensación justa a sus autores. ¡No vale la pena sacrificar la libertad de escribir por tan magro resultado!

En este sentido, adentrarse en obras reunidas por editoriales menos convencionales, como las Ediciones de glifos, no puede ser más que un deleite. Como se evidencia en una cita de El libro de Calibán de Emilio Bergerat, en su colección dedicada a los clásicos olvidados:

«Mediocracia: cólico de la democracia que dicta lo que se escribe, inspira lo que se hace, sugiere lo que se dice y modera lo que se piensa.»

Algunos clásicos olvidados para encontrar una fuente de inspiración

 

El árbol de la ciencia, de Pío Baroja

Con estas obra literaria, puedes saltar a tu antojo en los “charcos” dejados por innumerables autores, renombrados o no, que no son otra cosa: ¡los charcos, no los autores! – sólo enormidades para morirse de risa. Y que se diga, ¡ayuda! ¿A qué? Pero, para que todos vuelvan a sus “puntos de partida” y, sobre todo, que no se dejen intimidar por ningún autor. Ya es eso, ¿no?

Pío Baroja (1872-1956), su verdadero nombre, Pío Baroja y Nessi es lo que literalmente se llama un letrado. En otras palabras, alguien que vive sólo por y para los libros según la definición que da, con exactitud, William Marx en su » la vida del erudito“. Es el autor del monumental » El árbol de la ciencia, cuya lectura le da a su lector todo lo que es posible e imaginable saber sobre la vida y la ciencia.

Con él no se corre el riesgo de caer en un lirismo que hace decir a ciertos autores poco inspirados, precisamente, por ejemplo:

Que no debemos dejar de golpear con el martillo de la reflexión el yunque de la meditación.

¡Guau! ¡Qué bonita es la imagen! LOL.

 

Sonatas, de Ramón del Valle-Inclán

Allí no se trata de burlarse, sino de hablar del amor con lujuria, pero también con gracia. El período en el que Valle-Inclán «desfoga» es el del Modernismo. Sus Sonatas son una muestra de su genio literario, y puedes disfrutarlas en su forma completa.
Como amablemente escribe el editor Christophe Blanquie:

Evocando los placeres de la carne con inteligencia y sin falso pudor, las sonatas suman los placeres de la lectura a los placeres del amor.

No hace falta, para eso, “hundirse” en relatos repletos de detalles, cada uno más indigesto que el otro, como se sienten obligados a hacer muchos autores contemporáneos, algunos de los cuales “confían” en los rankings de los más vendidos. Al leer las sonatas de Valle-Inclán, uno se pregunta por qué.

 

¿Pueden ser también fuente de inspiración los diccionarios de la Real Academia Española?

Aquí hay un trabajo que no puede ser más original. Se trata de la labor de la Real Academia Española, que recoge las palabras y expresiones más relevantes del español. Es una auténtica antología del espíritu español.
En cualquier caso, puede ayudar a superar los tiempos sombríos. Apunta esta entrada que hará las delicias de todos los autores, al menos eso esperamos:

Autor: Un caballero que merece ser conocido.

Consejos a los autores de la editorial Anagrama

Dado lo que se acaba de decir, sería un error negarlo. Las ediciones Anagrama los colocan bajo la autoridad de Federico García Lorca quien en sus «Cartas a un joven poeta» llama a los autores aprendices y describe lo que, según él, debe ser su fuente de inspiración:

Busca dentro de ti mismo. Explora el motivo que te ordena escribir; examina si tiene raíces profundas en tu corazón; Admítelo a ti mismo: ¿tendrías que morir si te prohibieran escribir?

Según este criterio, los editores de IA tienen, a priori, muy pocas posibilidades de pasar la rampa.

Pero bueno, las ediciones Anagrama son indulgentes y un recordatorio de que escribir también significa respetar un número de acuerdos. Debemos agregar que también tenemos mucho interés en respetarlos cuando planeamos practicar la autoedición.

 

¿Y las IA, como ChatGPT, pueden encontrar inspiración en todo esto?

Podemos aconsejar a cualquier escritor de IA, deseoso de ampliar su saber hacer, que se acerque a estos autores hoy desconocidos.

Pero dudamos que sus algoritmos lo lleven allí. Para eso tendrían que volver a la luz plena. Lo cual no es el día de mañana.

También dudamos que pueda orientarse en las fórmulas impactantes enumeradas, por ejemplo, por Pío Baroja en El árbol de la ciencia y percibir todo el humor subyacente.

Además, para ser honestos, hay una buena posibilidad de que ella misma produzca involuntariamente algunos muy sabrosos. Algo así como, por ejemplo:

El conejo es un animal tímido y cariñoso.

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