Don Juan Tenorio de José Zorrilla: resumen

Resumen del libro Don Juan Tenorio de José Zorrilla
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Don Juan Tenorio es una de las obras cumbre de la literatura española. Escrita por José Zorrilla, pone en escena a un personaje clásico que, aunque ya tenía recorrido, se consuegra con este drama. Porque escribir un libro de gran éxito no solo consiste en que triunfe en una época concreta, sino en que la historia siga revisitándose y los personajes se conviertan en arquetipos.

Además, durante muchos años fue tradición que Don Juan Tenorio se representase en los teatros el día 1 de noviembre (el Día de Todos los Santos). Si has leído el resumen de La Regenta lo sabrás, ya que se hace mención a esta costumbre.

Para descubrir todo lo que ocurre en esta obra teatra, que cruzó fronteras y ganó fama internacional, sigue leyendo.

 

Resumen general de Don Juan Tenorio de José Zorrilla

Don Juan Tenorio es un apuesto hombre, conquistador nato, que empieza su aventura en la ciudad de Sevilla. Allí se reúne con Don Luis Mejía, otro mujeriego como él con quien hace un año se apostó ver quién seducía a más mujeres y mataba a más hombres. Don Juan resulta ganador en esta lucha interna, pero deciden hacer una segunda apuesta: el protagonista deberá conquistar a una novicia (Doña Inés) y, al mismo tiempo, a la futura esposa de Don Luis (Doña Ana).

Don Juan no pierde el tiempo y se dirige primero a casa de Doña Ana. A pesar de algún contratiempo con Don Diego y con las autoridades, consigue seducirla sin demasiado esfuerzo.

Justo después se dirige al convento donde es novicia Doña Inés y, con ayuda de Brígida (una alcahueta de poco fiar), la secuestra y se la lleva a casa. Don Gonzalo, el padre de la joven, trata de evitarlo, pero para cuando llega al convento su hija ya ha desaparecido.

En casa de Don Juan todo sale según lo previsto por el protagonista, aunque con alguna sorpresa. Sí ha seducido a Doña Inés, pero también se ha enamorado de ella, algo que nunca le había ocurrido. Mientras viven su amor, llegan Don Luis, deshonrado por la conquista de Doña Ana, y también Don Gonzalo y sus hombres, que buscan a la hija de este.

Don Juan pide a Don Luis que espere para solucionar su conflicto, ya que primero quiere pedir oficialmente la mano de Doña Inés. No obstante, su padre se la niega. Cuando Don Luis oye esto, se une a Don Gonzalo para tratar de matar a Tenorio. A pesar de la superioridad en número, son ellos los que resultan abatidos a manos del protagonista, que huye a Italia.

Cinco años después Don Juan regresa a Sevilla y se encuentra un panorama desolador: su padre y su amada, Doña Inés, han muerto. Don Diego, avergonzado por los actos de su hijo, le desheredó y mandó construir en su casa un cementerio para sus víctimas (directas e indirectas): Doña Inés, Don Gonzalo, Don Luis y él mismo.

Cuando una noche Don Juan visita el cementerio se le aparece el fantasma de Doña Inés, que le pide su arrepentimiento en vida para que, en el cielo, cuando él muera, puedan estar juntos. Don Juan se burla pensando que todo es una especie de farsa y, para demostrar su valentía, se vuelve hacia la tumba de Don Gonzalo y le invita a cenar esa noche.

Lo que no se esperaba es que, en medio de una cena con sus amigos, el fantasma del padre de Doña Iñes aparece. Don Juan sigue pensando que es algo imposible y se enfrenta a sus amigos, pensando que ellos han hurdido la broma. En el duelo, el protagonista muere.

Ya como fantasma, vuelve a encontrarse con Doña Inés y, viendo lo ocurrido y la capacidad del poder divino, se arrepiente y pide perdón. De este modo, consigue pasar al otro mundo con su amada.

 

Resumen por capítulos de Don Juan Tenorio

Como todas las obras teatrales, Don Juan Tenorio no está dividida por capítulos, sino por actos. Además, consta de dos partes separadas claramente por un salto temporal.

Para escribir un resumen bueno y más completo de la obra, hemos acudido a estas divisiones de la propia obra.

 

Qué ocurre en el Acto I de la primera parte de Don Juan Tenorio

Don Juan empieza la obra en una hostería sevillana, aunque escondido tras un antifaz. Sin mostrar su cara, empieza a conversar con el dueño, al que le pregunta por Don Luis Mejía. El hospedero le dice que sabe que este hombre está en Sevilla y que posiblemente hoy acuda al local porque hace un año hizo una apuesta con Don Juan Tenorio y ambos deben hoy comprobar quién la ha ganado.

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Aprovecha Don Juan para pedir a su criado Ciutti que envíe una carta a Doña Inés, una novicia a la que está tratando de seducir. Esto es posible porque la aya (la cuidadora) de la muchacha sabe de sus intenciones y está colaborando. Es más, esta mujer le dará al mensajero indicaciones sobre una hora, una llave y una seña.

Al poco llega Don Luis y se sienta con el protagonista para exponer cuántas mujeres han seducido y cuándo hombres han matado cada uno durante el año, ya que en eso consistía la apuesta. Don Juan resulta ganador, lo que enfada a Don Luis, que decide retarlo otra vez. En esta ocasión Don Juan deberá conquistar a una novicia (algo que ya está haciendo con Doña Inés) y, añade el propio protagonista, también a la prometida de un amigo. Como Don Luis va a casarse a la mañana siguiente con Doña Ana, Don Juan la escoge como su objetivo.

Toda la conversación la escuchan dos hombres. Por un lado, El Comendador Don Gonzalo, que es el padre de Doña Inés, y Don Diego, el progrenitor del protagonista. Ambos habían acordado que la hija de uno sería entregada en matrimonio al hijo del otro, pero tras ser testigos de las apuestas que se gasta Don Juan Tenorio, el Comendador decide romper tal acuerdo, lo que Don Diego no tiene otro remedio que aceptar.

Justo cuando salen Don Juan y Don Luis de la hospedería son arrestados. La razón es que los criados de ambos habían ido a denunciar al enemigo de su amo para quitarlo de en medio.

 

Qué ocurre en el Acto II de la primera parte

Don Luis sale antes de la cárcel y se dirige rápidamente a casa de su prometida. Allí le ruega que no caiga ante las palabras de Don Juan. Doña Ana le promete que nada pasará y que al día siguiente será marido y mujer.

Sin embargo, Don Juan es más listo. Él también ha conseguido salir de prisión y se encuentra ahora en los alrededores de la casa de Doña Ana. Sabe que Don Luis está allí, por lo que le tiende una emboscada. Logra así atraparlo y dejarse el camino libre.

Cuando se dispone a entrar a conquistar a Doña Ana se encuentra con Brígida, la aya de Doña Inés. Esta le asegura que la carta que le ha enviado a la novicia va a surtir efecto. Le da además la llave del convento para que pueda entrar luego y llegar hasta la muchacha.

Cuando Brígida se va, Don Juan llama a Lucía, a la criada de Doña Ana. Aunque le cuesta convencerla, gracias a un soborno logra que la chica le dé la llave de los aposentos de su ama.

 

Qué ocurre en el Acto III de la primera parte

En el tercer acto de Don Juan Tenorio el autor nos traslada a la habitación de Doña Inés en el convento. La joven está hablando con la abadesa, que le anuncia que su padre ha decidido que no salga de allí y se quede de monja. Doña Inés no está muy convencida con sus palabras, pero las acepta.

Al poco llega Brígida y le insiste en que lea la carta que le ha llegado antes, ya que se la ha escrito Don Juan. Doña Inés trata de resistirse, sabiendo que puede suponer un peligro enamorarse, pero termina leyéndola y creyendo las palabras de su pretendiente.

En ese momento entra Don Juan y Doña Inés, impresionada, se desmaya. El protagonista aprovecha para cogerla en brazos y llevársela a su casa, tal y como había planeado en un primer momento. Con lo que no contaba era con enamorarse realmente, sin fingimientos, de la novicia.

Cuando Don Juan ya se ha ido con Doña Inés, llega al convento Don Gonzalo. El hombre, muy alterado, pide ver a su hija y alerta sobre los planes de Don Juan. Sin embargo, ya es tarde, porque cuando van a buscar a la joven descubren que no está.

Qué ocurre en el Acto IV de la primera parte

El cuarto acto sigue la historia en la casa de Don Juan. Allí se encuentran su criado y Brígida hablando de la osadía del protagonista. En una de las habitaciones, Doña Inés va despertando de su desmayo, confundida y sin saber dónde está. Brígida le cuenta una mentira para justificar su estancia en la casa de Tenorio; le dice que hubo un incendio en el convento, lo que hizo que perdiese el conocimiento, pero que por suerte su pretendiente la salvó, llevándosela a su casa.

Doña Inés se cree el embuste, pero insiste en irse de ese lugar. Sabe que está enamorada de Don Juan, pero también sabe que no debería, por lo que quiere huir. No obstante, en ese preciso instante llega Don Juan y Brígida le pide que, al menos, se despida de él antes de irse. Cuando los dos amantes se quedan solos, se declaran el uno al otro y deciden comunicárselo a Don Gonzalo.

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En estas, Ciutti anuncia a su amo que ha llegado un hombre enmascarado que quiere entrevistarse con él. Este hombre es Don Luis, que quiere retar en duelo a Don Juan porque este terminó cometiendo su afrenta contra Doña Ana. Antes de que comience la lucha, son interrumpidos por un nuevo visitante: el padre de Doña Inés. Don Juan pide a Don Luis que espere tras la puerta mientras recibe a Don Gonzalo.

Cuando entra a la sala, Don Gonzalo está dispuesto a vengar el secuestro de su hija, pero se encuentra con un Don Juan arrodillado pidiéndole la mano de Doña Inés. Sin embargo, no le cree y al protagonista no le queda otra que demostrar su honor con las armas. Habiendo oído toda la conversación, sale Don Luis reclamando también su venganza y se une a Don Gonzalo. La pelea acaba con estos dos hombres muertos y Don Juan huyendo, sabiéndose culpable de sus asesinatos.

Qué ocurre en el Acto I de la segunda parte de Don Juan Tenorio

La segunda parte de Don Juan Tenorio comienza con un salto temporal de cinco años. Nos sitúa además en un cementerio, al que Don Juan acude disfrazado para no descubrir su identidad. Allí se encuentra con el escultor que ha realizado los sepulcros, por lo que nuestro protagonista aprovecha para preguntarle qué ha ocurrido.

Así nos enteramos de que ese camposanto antes era la mansión de los Tenorios, pero que Don Diego decidió convertirlo en un Panteón para todas las víctimas de su hijo. Don Juan ve que los sepulcros son el de Don Gonzalo, el de Don Luis, el de su propio padre y el de Doña Inés, el cual no esperaba. Pregunta al escultor que le pasó a la joven, y este le explica que murió de sentimiento tras el abandono de su amante, Don Juan.

Cuando se va el escultor, Don Juan, que ha terminado revelando quién es para conseguir la llave del cementerio, se queda allí un rato. Comienza un monólogo en el que parece afligirse de sus acciones. Concretamente se dirige a Doña Inés, pidiéndole perdón y declarándole su amor infinito. En ese momento, la estatua se evapora y aparece la sombra de Doña Inés, que habla a Don Juan. Le dice que antes de morir hizo un trato con Dios, entregándole su alma. La única manera de salvar su espíritu es que Don Juan, si realmente la quiere, limpie la suya y muestre arrepentimiento real. Tenorio cree que todo lo que está viendo es fruto de su imaginación.

En ese momento entran algunos amigos de Don Juan en su busca. Cuando les explica que está hablando con espíritus, estos se mofan. Para mostrar su valentía, el protagonista se vuelve hacia el sepulcro de Don Gonzalo y le invita a cenar esa noche.

 

Qué ocurre en el Acto II de la segunda parte

Don Juan se encuentra en su nueva casa, explicando que gracias al favor de un emperador ha podido regresar a Sevilla a pesar de sus crímenes. También comenta, entre risas, que ha dejado un asiento libre para la posible visita de Don Gonzalo.

En un momento dado se empiezan a escuchar golpes en la puerta. Sin embargo, no hay nadie esperando. Don Juan, empezando a creer que puede ser el fantasma de Don Gonzalo, lo insta a entrar aún con la puerta cerrada, ya que debería poder hacerlo al ser un espíritu. Efectivamente, al rato aparece el padre de Doña Inés, causando el desmayo de los amigos de Don Juan.

Don Gonzalo le trae un mensaje a Don Juan de parte de Dios: mañana se producirá su muerte, tras la que puede esperar la vida eterna si antes se arrepiente de todo lo que ha hecho. Le da por tanto el plazo de esa noche para hacerlo. Después, desaparece.

Don Juan no sabe si ha sido real, así que prueba a convocar al espíritu de Doña Inés. Esta aparece y reafirma el mensaje de su padre, prometiéndole que, si cumple con lo pedido por Dios y acepta su muerte, sus sepulturas podrán descansar juntas toda la eternidad.

El protagonista sigue sin creer que las apariciones sean reales así que cuando sus amigos despiertan se enfrenta a ellos convencido de que todo es una trampa. En el duelo, Don Juan muere.

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Qué ocurre en el Acto III de la segunda parte

A la mañana siguiente, ya como fantasma, Don Juan llega al Panteón y llama a Don Gonzalo. Este se presenta en espíritu y con él aparece una mesa de banquete llena cenizas y fuego.

Don Gonzalo le tiende la mano, indicándole que es su última oportunidad de no ir al infierno, pero Don Juan cree que en realidad ya no hay salvación para él. Cuando el resto de espíritus, menos el de Doña Inés, empiezan a rodearlo, el protagonista se arrodilla y clama el perdón, reconociendo y redimiéndose por todo el daño que causó.

Entonces aparece Doña Inés, que aparta al resto de fantasmas y anuncia que el amor terminó por salvar a Don Juan. Caen luego al suelo los dos amantes y de sus bocas salen sus almas, que se dirigen al cielo.

¿Por qué es interesante leer Don Juan Tenorio?

Como cualquier obra teatral, la magia del Don Juan Tenorio es verla representada. No obstante, al ser corta (algo más de doscientas páginas), y sucederse tantos acontecimientos, posee un buen ritmo narrativo y leerla es sencillo y entretenido.

Además, no olvidemos que es un drama que se convirtió en un clásico. Don Juan era un personaje que ya había sido tratado por otros autores como Tirso de Molina en El Burlador de Sevilla. Sin embargo, el de José Zorrilla es el que más fama consiguió. De manera definitiva, el Don Juan se instauró como un símbolo del libertinaje.

Don Juan como imagen de la libertad

El Don Juan de Zorrilla es un hombre que pone sus pasiones, sus deseos, su orgullo y su ego por delante de cualquier otra cosa. Escapa cuando la justicia le persigue y se sale siempre con la suya. En casos esta actitud se ha entendido como «libertad» y en cierto modo lo es, pero también lleva a reflexionar sobre la idea que tenemos de libertad.

En la actualidad diríamos que la libertad de Don Juan deja en un segunda plano la ética y la responsabilidad. El narcisismo de un hombre triunfa por encima de cualquier norma social, moral, religiosa… Lo que termina salvando y curando esa personalidad tan dañina del protagonista es el amor, tal y como marcaban los preceptos literarios del Romanticismo, época en la que se encuadra el drama de Zorrilla.

El personaje de Don Juan Tenorio en la actualidad

La idea del amor como salvación puede parecernos igualmente «antigua», pero si nos ponemos a pensar nos daremos cuenta de que muchas historias de hoy en día siguen el mismo argumento. Podemos pensar en novelas como A tres metros sobre el cielo de Federico Mocchia (que ha sido llevada al cine en un par de ocasiones) o cualquier serie adolescente actual. Todas esas historias siguen la línea del hombre libertino que cambia de parecer, que se hace «bueno», gracias al amor de una mujer.

Por lo tanto, el aspecto más interesante de leer Don Juan Tenorio es que nos encontraremos ante un personaje y una historia que hoy, de forma diferente y adaptada a los tiempos, seguimos desarrollando. Por esta razón se habla del mito de Don Juan.

 

¿Qué nos aporta como lectores la obra de Don Juan Tenorio de Zorrilla?

Quizá no lo sepas, pero el Don Juan Tenorio de José Zorrilla es una de las obras más representadas de la historia. Por lo tanto, aunque llegues a ella como lector y no como espectador, estarás ante un drama histórico que ha sentado precedente en muchos aspectos.

Aunque sintamos que hay mucha distancia entre la obra y nuestra actualidad, no es tanta. Es cierto que es un drama escrito en pleno Romanticismo, de ahí que la salvación divina, que no deja de ser moralizante, tenga tanta importancia. Pero tampoco podemos obviar que trata sobre sentimientos universales, como son el amor o la libertad. A pesar de que están exagerados y dramatizados, el lector puede conectar con ellos, además de reflexionar sobre los límites de cada uno.

Si estás pensando en adentrarte en el mundo del teatro y quieres empezar con un drama único, elige Don Juan Tenorio. Te quedarás con muchas ideas (e ideales) que luego verás reflejadas en otras muchas obras.

 

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