La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca: resumen

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Federico García Lorca es un importante poeta, pero también dramaturgo. Sin embargo, su obra teatral a veces resulta desconocida, lo que es una pena porque nos perdemos tesoros como La casa de Bernarda Alba. Como en otras muchas de sus creaciones dramáticas, pone en escena a mujeres cuya vida se ve subyugada y sesgada por las convenciones sociales.

Las hijas de Bernarda Alba, encerradas en su casa por un luto largo, inaguantable y extremo en todos los sentidos, son un fiel reflejo de ello. Lorca sin embargo no cae en arquetipos, sino que las retrata con empatía, respeto y dignidad.

No te pierdas este resumen de La casa de Bernarda Alba para entender la importancia de esta obra, tanto a nivel literario como social.

Resumen general de La casa de Bernarda Alba

Para hacer un resumen del libro de La casa de Bernarda Alba es imprescindible presentar a sus personajes principales. Bernarda es la madre de cinco mujeres jóvenes: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela. A todas ellas les sirven varias criadas, aunque la principal, y la que actúa como confidente de todas, es Poncia.

Toda la historia transcurre en la casa de la familia. Bernarda es una mujer autoritaria, tanto con sus sirvientas como con sus hijas, a las que obliga a guardar un estricto luto por la muerte de su padre. A pesar de educarlas en sumisión, ya se empieza a ver que va a encontrarse con la desobediencia de sus hijas, especialmente de Adela, la más pequeña pero también la más rebelde.

Bajo esta premisa, se niega en un primer momento a que la mayor, Angustias, se casa con un pretendiente, Pepe el Romano. Sin embargo, termina accediendo porque Angustias es hija de un marido anterior, no del que acaba de morir.

La familia empieza los preparativos, y al mismo tiempo surgen sospechas sobre si Adela mantiene una relación en secreto con Pepe el Romano. Aunque Adela, siempre lo niega, se entreve que es todo verdad. Sin embargo, Bernarda parece no enterarse, o no querer enterarse, de lo que está ocurriendo, a pesar de que Poncia intenta abrirle los ojos. La realidad pues es que existen comflictos entre sus hijas, a las que el luto y las normas sociales les oprimen cada vez más.

Una noche Martirio, que también está enamorada de Pepe el Romano, escucha como su hermana Adela sale hacia el corral. La sigue y descubre que efectivamente es la amante de Pepe el Romano, que está con ella dentro del corral. Martirio grita para despertar a su madre y al resto de sus hermanas, que acuden a su llamada.

Bernarda entonces se da cuenta de todo lo que ha ocurrido a sus espaldas y, con una escopeta, entra al corral, dispara y sale diciendo que ha matado a Pepe el Romano. La realidad es que al hombre le ha dado tiempo a escapar mientras todas discutían fuera, por lo que no está muerto. Adela sin embargo se cree la historia de su madre y de su disparo, así que corre a su habitación y allí se encierra. Consiuen finalmente abrir la puerta y la encuentran muerta; se había suicidado.

 

 

Resumen por actos de La casa de Bernarda Alba

Como cualquier obra de teatro, La casa de Bernarda Alba se divide en actos. Concretamente en tres, que siguen el esquema típico literario de introducción, nudo y desenlace.

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Qué ocurre en el Acto I

La obra empieza (y veremos que acaba) en la casa de Bernarda Alba. Conocemos a este personaje a través de dos criadas, que son las que abren la escena. Ambas comentan lo autoritario, tererrorífico y desagradable que es el carácter de su señora. Por ellas también sabemos quiénes son las cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela (por orden de mayor a menor).

Entra en escena, de manera breve pero importante, una mendiga pidiendo dinero. A través de su monólogo, Lorca aprovecha para hacer una crítica sobre las diferencias entre ricos y pobres.

Aparecen Bernarda y luego su hijas, a las que la primera comunica que deberán guardar un estricto luto de ocho años. Por otro lado, Poncia, una de las criadas, comenta que Angustias parece tener algún interés romántico, porque siempre se le escucha hablar por la ventana con un hombre. Sin embargo, Bernarda se opone a cualquier matrimonio durante el luto, especialmente si fuese con una persona de clase inferior. Ante la actitud de Bernarda encontramos la de sus hijas, representadas sobre todo por la rebeldía de Adela, la más pequeña.

Angustias sale, a escondidas, a hablar con Pepe el Romano, que descubrimos que es su pretendiente y que quiere casarse con ella. Sus hermanas se asoman a la ventana para escuchar y descubren lo que ocurre. La única que se entera más tarde es Adela, que responde con sorpresa.

Sabemos en este momento también que la madre de Bernarda, María Josefa, lleva años encerrada en una habitación porque su hija quiere que así sea. La razón es que es víctima de la demencia y Bernarda cree que «su locura» podría arruinar su reputación en caso de que alguien la viese.

Qué ocurre en el Acto II

El segundo acto comienza con Poncia cosiendo con las hijas de Bernarda. Sabemos que han pasado varias semanas desde el final del primer acto y que Angustias definitivamente va a casarse con Pepe Romano. Al parecer, Bernarda ha permitido que su hija mayor se salte esa imposición de luto, quizá porque la tuvo con su marido anterior y el fallecido no era su padre.

Poncia insinúa que Pepe el Romano también acude cada noche a hablar con Adela. La increpada responde alarmada y muy a la defensiva, negando todo y dejando clara una vez más la ansiedad que siente por estar encerrada. Cuando la criada se queda a sola con ella, vuelve a sacar el tema y aconseja a Adela que se aleje de Pepe. La joven vuelve a negarlo pero deja entrever que efectivamente tienen una relación secreta.

En un momento dado Angustias se da cuenta de que el retrato que tenía de su novio ha desaparecido, acusando a sus hermanas de habérselo robado. Por orden de Bernarda, Poncia revisa las habitaciones y lo encuentra en la cama de Martirio. Angustias se lo reprocha y Martirio se defiende diciendo que era todo una broma, y que a la que deberían echar la bronca es a Adela, a la que ha escuchado hablar con Pepe desde la ventana.

Bernarda está harta de las peleas entre sus hijas y le comenta a Poncia que deberían adelantar la boda. La criada le avisa de que el problema es que Adela y Pepe se ven a escondidas, pero la madre no quiere creerse nada.

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En otra habitación, Adela discute con Martirio hasta que le hace confesar lo que ya sabe: que su hermana también está enamorada de Pepe el Romano.

Qué ocurre en el Acto III

Angustias acude a su madre preocupada y convencida de que Pepe el Romano le está engañando. Su madre le aconseja que calle y se conforme.

Por su parte, Martirio y Adela se enzarzan en una nueva discusión por Pepe el Romano hasta el punto de que Bernarda debe intervenir.

A pesar de todo lo que ocurre en su casa, la matriarca no tiene dudas de que está educando a sus hijas con rigurosidad y que no hay ningún problema. Poncia intenta una vez más hacerle ver que no es así, pero no sirve de nada.

Durante la noche, Adela se escapa al corral. Martirio, que sospecha de las intenciones de su hermana, la sigue. Acercándose a la puerta del corral llama a Adela, que sale despeinada y, sabiendo que la ha pillado, le confiesa que es amante de Pepe el Romano. Martirio, llena de celos, grita para avisar al resto de la familia.

Bernarda acude y, al ver lo que sucede, coge su bastón para pegar a Adela. Sin embargo, su hija se lo quita de las manos. Como respuesta, Bernarda se marcha y vuelve con una escopeta, con la que entra al corral y dispara. Sale de nuevo diciendo que ha matado a Pepe el Romano, para cortar con el problema. Esto es en realidad mentira pero Adela, sin saberlo, corre hasta su habitación y se encierrra allí. Cuando consiguen abrir la puerta, descubren que se ha suicidado.

¿Por qué es interesante leer La casa de Bernarda Alba?

Aunque está claro que hay pocas experiencias comparables a ver representada en un teatro La casa de Bernarda Alba, leer la obra sigue siendo de gran interés. Es una pieza corta, de menos de doscientas páginas, y con un ritmo liteario muy cuidado (principalmente gracias a las contestaciones cortas, intensas y rápidas entre las hermanas). Al fin y al cabo, todo ocurre en un mismo lugar y hay varios personajes, por lo que se suceden muchos diálogos y escenas que mantienen al lector atento a lo que acontece.

La gran genialidad de Lorca fue precisamente encerrar toda la trama, y con ella a todos los personajes, en un solo espacio. A través de los diálogos, de la escenografía y de los recursos literarios logra crear un ambiente asfixiante hasta el punto de que el lector (o el espectador de teatro) siente la opresión que sentían las hijas de Bernarda. De este modo genera también suspenso narrativo en la historia.

Otro punto de interés que debería animarnos a leer La casa de Bernarda Alba es la construcción de los personajes. En solo tres actos, gracias a las conversaciones entre las mujeres, Lorca nos mete dentro de la personalidad y la mente de cada una. Lo consigue a través del lenguaje, que según quién habla refleja su edad y su personalidad, pero también por ser un autor empático y que siempre quiso mostrar la realidad. Es decir, aunque en ciertos momentos «poetiza» algunas frases o escenas, siempre pone por delante la voz del personaje, no la suya.

La casa de Bernarda Alba como un símbolo de España

Uno de los aspectos que más interés ha despertado a los críticos literarios es la simbología de La casa de Bernarda Alba. Como autor de la Generación de 27, Lorca incluye muchos símbolos en sus obras, varios de ellos heredados de la del 98. No obstante, en esta pieza teatral parece ser una alegoría de la España de principios del siglo XX, justo antes de la guerra civil y de la dictadura franquista que se llevarían la voz y la vida de Federico García Lorca.

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Por lo tanto, la casa de Bernarda Alba representaría a la España de esa época. Un país que oprimía, especialmente a las mujeres, y en las que se respiraba un ambiente oscuro, pesimista y falto de libertad. Mientras que la madre de la familia, con su bastón y sus ordenes, simbolizaría a las normas sociales y a la ideas fascistas que empezaban a llegar, sus hijas (especialmente Adela) serían una alegoría de toda la sociedad española que se sentía (y de algún modo estaba) encerrada tras gruesos muros.

La simbología es tal que Lorca subtítulo a la obra como Dramas de los pueblos de España, ya que esa situación de angustia era mayor allí que en las ciudades.

El autor siempre se sintió identificado con aquellas personas que estaban aprisionadas por el sistema. En este caso pone en escenas a las mujeres, pero no solo como representantes de su género, sino también del resto de gente oprimida por el clasismo imperante.

Qué nos aporta la lectura de La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba es una lectura muy rápida, apenas te llevará una tarde, pero a cambio aporta temas de reflexión y una historia que no deja indiferente.

Al leer esta obra, que es una de las mejores de Lorca (además de ser la última que completó antes de ser asesinado), podemos quedarnos en la superficie y empatizar con las hijas de Bernarda, o profundizar. Haciendo esto nos quedamos con una historia que es un canto a la libertad y una crítica a las injusticias. Sobre todo a aquellas que oprimen a las clases bajas o subordinadas; en este caso concreto a las mujeres jóvenes que por normas sociales extremas, como es el luto, pierden años de su vida.

Lorca escribió con perspectiva de género posiblemente sin saberlo, y nos dejó a través de Bernarda y su familia un testimonio de la represión que se vivía entonces y que se viviría durante la dictadura. Pero como comentábamos, también es un canto a la libertad y a la pasión, a la rebeldía que incluso en las situaciones más asfixiantes, aparece.

Por lo tanto, incluir La casa de Bernarda Alba es nuestra biblioteca es una oportunidad para reflexionar sobre la figura de la mujer antes y ahora. También para realizar un análisis sobre los símbolos que utiliza Federico García Lorca y su significado. Por último, nos puede ayudar a dejar volar la imaginación. Al ser una obra de teatro cuenta con una escenografía que, a falta de escenario, tenemos que recrear en nuestra mente.

Si aún no has leído La casa de Bernarda Alba, no esperes más a hacerlo, ¡te sorprenderá!

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