Publicar un libro requiere método

Publicar un libro requiere método
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Cuando escribimos un libro, nos convencemos de que lo estamos escribiendo primero para nosotros mismos, sin ninguna pretensión. Y luego empezamos a decirnos que nos gustaría que nos publicaran. ¡Somos unos soñadores! ¡Nos vemos en lo más alto de las listas de bestsellers!

Lo único que por tanto queda por hacer es terminar el libro y encontrar una editorial que lo publique. ¡Dos tareas eminentemente difíciles! Supongamos que el libro está terminado y que ya podemos centrarnos en encontrar un editor. Sabemos, a priori, qué hacer: una lista de editores preferidos y enviarles su manuscrito. También puedes añadir una pequeña lista de agentes literarios. ¿Eso es todo? Bueno en realidad no. Porque con el tiempo han surgido nuevas formas de hacer las cosas que merecen la pena.

¿Cómo creo una lista de editores favoritos?

Cuando uno es autor, también es, en principio, lector y por eso algunas editoriales le resultan más familiares que otras. Sobre todo porque siempre tendemos a leer el mismo tipo de literatura. Como, además, se escriben textos que se parecen o recuerdan a los que se leen, rápidamente se hace una lista de editoriales a las que enviar el manuscrito porque suelen publicar el mismo tipo de libro que se ha escrito.

No es necesario estar horas buscando, generalmente es suficiente con incluir en la lista una docena de estas editoriales que resulte familiares. Tampoco convienen muchas más porque, en cuanto empiezas a enviar un manuscrito por correo postal, rápidamente te das cuenta de que te va a salir caro. En cuanto al envío digital, que no cuesta nada, dudamos de que cumpla su propósito y que le llegue a alguien. ¿En qué bandeja de email terminará? ¿Quién lo leerá?

Eso sí, tener la lista no garantiza el resultado.

Analizar las políticas editoriales

Aquí el enfoque es mucho más racional y recomendado por todos los profesionales de la escritura. Para comprobar las políticas de una editorial puedes:

  • Seleccionar una editorial y leer directamente su política editorial. En general, si tienen un sitio web bien hecho, la información aparecerá claramente en la sección «Acerca de».

 

  • Haz un resumen de lo que has escrito en los términos que suelen utilizar los editores y críticos literarios. Así tendrás el resumen de tu libro, un documento que suelen pedir muchas editoriales antes de enviar un contrato específico con sus políticas.

 

Participa en un concurso de escritura.

Bueno, debemos admitir que la lista de editoriales que hemos hecho no es una panacea.

De hecho, si bien ya se publican bastantes libros nuevos cada año (casi 70.000 nuevos títulos en 2022), hay que tener en cuenta que son sólo la punta del enorme iceberg de manuscritos en circulación.

Y ni siquiera hablamos de todos esos manuscritos que yacen en el fondo de los cajones y que salen esporádicamente, aumentando así el flujo continuo de páginas escritas que buscan desesperadamente un editor para publicar.

Si todavía somos reacios a pasar por la autoedición, a pesar de sus costes reducidos y sus productos no necesariamente inferiores a los de la mayoría de los títulos publicados de manera tradicional, sólo queda considerar otras formas de hacer las cosas que no sea acudir a la lista inútil de editoriales a las que enviar el manuscrito. Porque, afortunadamente, hay muchas otros formas, como los concursos de escritura e incluso algo nuevo.

 

¿Dónde encontrar agentes literarios?

La plataforma Falcon Editions

Como sabemos, aunque en la práctica la figura del agente literario no esté tan desarrollada como en los países anglosajones, podemos ahorrarnos la tediosa búsqueda de un editor contentándonos, por así decirlo, con uno o más agentes literarios. En los últimos años algunos han sabido usar su imaginación para atraer nuevos talentos.

Éste es el caso, por ejemplo, de Ediciones Falcon. Su sitio web está muy bien hecho y resume bien cuál es la misión de un agente literario. Si el manuscrito que se les envía digitalmente cumple con sus criterios, Falcon Editions se encarga de encontrar a un editor que lo publique. Es cierto que es muy parecido a enviarlo a una editorial clásica, excepto que aquí con un solo envío es como si se lo hiciésemos llegar a varias a la vez.

Y eso no es todo. El agente literario es responsable de negociar las condiciones de publicación del manuscrito con el editor que esté interesado. No se trata por tanto, a priori, de un típico editor “oculto”, sino de un agente literario. Por supuesto, y aunque su creación es reciente, el servicio no es gratuito.

 

Haga conexiones en la industria editorial

Lo olvidamos con demasiada frecuencia, pero no faltan oportunidades para conocer el “mundo” editorial y darse a conocer. Al fin y al cabo, si uno consigue simpatizar con un autor confirmado y publicado por una gran editorial, ¿por qué no enviarle su manuscrito para pedirle su consejo? Incluso, el verdadero “grial”, ¿que escriba un prefacio?

Para ello, basta con participar en los numerosos encuentros organizados por librerías o por asociaciones culturales. Se pueden encontrar fácilmente los eventos organizados consultando los calendarios de oficinas de turismo o de las sedes de servicios culturales de comunidades locales.

En términos generales, sería muy sorprendente que no pudiera surgir una relación de confianza entre el autor consagrado y el autor principiante. Evidentemente, esto supone que el manuscrito sobre el que se solicita opinión a un autor ya establecido es de gran calidad y pertenece al mismo género literario en el que destaca ese escritor.

La opinión  de ese autor consagrado constituye, pues una valiosa carta de presentación para atraer la atención del comité de lectura de una editorial de renombre. O para motivar a un famoso agente literario y que quiera representarte.

Bueno, estas son dos ideas interesantes para “tocar” a una editorial tradicional sin ponerse en primera línea y estar mandando manuscritos. Pero todavía hay otras dos maneras de hacerlo, ambas a través de la web y que pueden ser de gran utilidad para un autor que busca desesperadamente un editor dispuesto a publicarlo.

 

¿Qué plataforma de publicación elegir?

¿Qué plataforma de publicación elegir?

La propia plataforma de publicación.

La propia plataforma de publicación se convierte en editor. Pagando una tarifa la plataforma asume todas las tareas.

Un ejemplo es Librinova, donde un autor puede optar por la autoedición pero también por la búsqueda de una editorial tradicional o incluso por la edición bajo su propio sello. También ofrecen asistencia en redacción para autores que están estancados en ideas, ortografía, estilo, etc.

¡Un auténtico menú a la carta! La elección del “plato” depende del presupuesto disponible por parte del autor, y de las perspectivas comerciales por parte de la plataforma, como cualquier editor.

 

La plataforma de conexión

Otra solución inteligente es la que ofrece una plataforma recién llegado a la web pero que ya está en pleno apogeo: Edith et nous. Por lo general, nos topamos con Edith & Nous cuando buscamos proteger un manuscrito en dos o tres clics.

De una manera original, la plataforma utiliza tecnología de blockchain para ofrecer un certificado de depósito internacional inexpugnable y que dura mientras pagues la suscripción.

Pero, sobre todo, el hecho de abrir una cuenta en la plataforma y depositar uno o más manuscritos da acceso a un escaparate que varios editores consultan periódicamente para buscar libros prometedores.

Además, no se limita a actualizar pasivamente su lista, sino que ofrece, a diferencia de sus competidores, un servicio de edición especial para ayudar a los editores a encontrar la joya rara que aumentará sus ventas.

Tenga en cuenta que Edith et nous no ofrece, a priori, un servicio de autoedición, sino únicamente de asistencia en la escritura.

 

Consejo final antes de enviar un manuscrito

Enviar un manuscrito a una editorial es caro. ¿Por qué? Porque no todo el mundo está satisfecho con una entrega digital; la mayoría de las editoriales quieren recibir una copia en papel.

En estas condiciones, el autor que busca una editorial debe tomar decisiones porque no puede enviar su manuscrito a todas las empresas existentes. Algo que sería además ridículo.

Entonces es necesario organizarse. Pero ¿en base a qué criterios? Aquí es donde surge inevitablemente el problema. La búsqueda de un editor es, naturalmente, una cuestión comercial, tanto por la forma de acercarse al editor como por el modo en cómo éste valorará el manuscrito que se le presente.

Desde este último punto de vista, conviene ser muy consciente de que un editor, diga lo que diga, siempre se posiciona según su sector, las modas y las opiniones de competidores y colegas.

Hemos visto autores rechazados por su editorial simplemente porque habían pasado a ser una persona non grata a los ojos de la profesión. ¡Así que no hablemos de la facilidad con la que podrían rechazar a autores principiantes!

En consecuencia, si nos incomoda descubrir la verdadera línea editorial de una editorial de las que consideramos buenas, no es mala idea recurrir a un agente literario experto que actúe como intermediario. O, mejor aún, autopublicarse.

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