Es posible que el título Yo, Robot te recuerde más a una película que a un libro. Efectivamente, esta novela, que en realidad es una recopilación de cuentos, fue llevada al cine en una adaptación que toma elementos de los relatos de este libro y de otros del mismo autor.
Y es que Isaac Asimov fue un escritor de ciencia ficción que supo plasmar en sus historias algunos de los conflictos éticos que se presentan o podrían presentar con el desarrollo de la tecnología y, específicamente, de los robots. En definitiva, propone una hipótesis de cómo podría (y debería) ser el futuro robotizado. Al mismo tiempo, tal y como verás en este resumen de Yo, Robot, nos deja reflexiones morales para el presente.
Resumen corto Yo, Robot de Isaac Asimov
A través del personaje de la psicóloga Susan Calvin, Isaac Asimov nos presenta varios relatos donde el desarrollo de robots tecnológicos y éticos es el verdadero protagonista.
En este futuro cibernético (de 2047 a 2064) que plantea el autor y que vemos retratado en los diferentes argumentos (nueve en total) del libro, conocemos robots y humanos que conviven. En esta convivencia se dan situaciones y conflictos que hacen poner sobre la mesa la ética del asunto. Sin embargo, en todos ellos el final es bastante prometedor, ya que todos los personajes robóticos se rigen por las tres Leyes de la Robótica. Según estas, siempre deben procurar el bien para los humanos y cumplir sus órdenes.
Los relatos van en progresión, ya que los primeros protagonistas robóticos tienen un software menos desarrollado (por ejemplo, no hablan) mientras que los siguientes ya realizan funciones más avanzadas (incluido gobernar).
En todos los relatos alguna de las leyes de la robótica parece peligrar, ya que los seres artificiales se comportan de manera extraña. No obstante, siempre terminan manteniendo su actitud servicial y protectora ante los humanos, evitándoles cualquier perjurio.
Además del personaje de Susan Calvin, hay otros que salen en más de un episodio, como los astronautas Powell y Donovan o el robot Byerley.
Resumen por capítulos Yo, Robot Isaac Asimov
La mejor forma de escribir un resumen de un libro como Yo, Robot es realizar una sinópsis de cada uno de sus capítulos. Recordemos que Isaac Asimov no escribió una novela al uso, sino más bien varios relatos donde plantea, a través de diferentes historias no interrelacionadas entre sí, dilemas éticos sobre la convivencia entre humanos y robots.
Introducción de Yo, Robot
En el capítulo introductorio el narrador, que no sabemos quién es, nos cuenta que el personaje conductor de los diferentes historias será Susan Calvin. Esta mujer es una especialista en la psicología de los robots que trabaja en US Robots, una de las empresas de tecnología y robótica más importantes del mundo.
También se nos presentan las tres Leyes de la Robótica, por las que se rige la programación del software de cualquier robot:
- Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda Leyes.
EL objetivo de la novela, dividida en nueve cuentos, es plantear situaciones en las que estas leyes podrían incumplirse.
Capítulo I: Robbie
Robbie es un robot-niñera. Su función es cuidar a Gloria, una niña de 8 años con la que no puede hablar (no tiene la capacidad para ello) pero por la que daría la vida. La madre de la niña desconfía de que sea una creación automatizada quien cuide de su hija, por eso convence a su marido para que se deshagan de Robbie. Esto causa mucha tristeza a Gloria, que había desarrollado un gran cariño hacia el robot.
La pequeña Gloria está empeñada en encontrar a su niñera para que vuelva a jugar con ella. El padre, que se siente mal por haber echado a Robbie, organiza en secreto un encuentro con él en una cadena de montaje. Una vez allí, Gloria casi es atropellada sino hubiese sido por Robbie, que la salva en el último momento. Esto hace que la madre acabe con sus prejuicios sobre el futuro, los robots y la tecnología (el autor denomina este rechazo como «complejo de Frankenstein») y que Robbie vuelva a su trabajo de niñera.
Capítulo II: Runaround
Dos astronautas (Powell y Donovan) se encuentran en una misión en el planeta Mercurio. En un momento dado, tienen que enviar con un urgencia al robot Speedy, caracterizado por su velocidad (superior a la de cualquier automóvil). Su tarea es conseguir selenio en un campo próximo. Sin embargo, por un error al enunciar las órdenes se produce un conflicto entre las leyes dos y tres de las Leyes de la Robótica. Esto hace que Speedy se ponga a dar vueltas sobre sí mismo sin solucionar nada.
Por suerte, Powell y Donovan tienen los conocimientos y la destreza para montar unos robots algo más «anticuados» y lentos. Con ellos consiguen llegar a Speedy a pesar de las condiciones del planeta Mercurio. Intentan convencer al robot de que complete la orden y, aunque les cuesta, en un ramalazo de ingenio, Speedy responde. La razón es que observa el riesgo de muerte de sus dueños y la primera ley se sobrepone por tanto a las otras.
Capítulo III: Razón
Powell y Donovan vuelven a protagonizar este relato. En esta ocasión ambos astronautas están encargados de una estación espacial en la que reciben un cargamento de robots. Uno de ellos, al que apodan Cutie, está aún recibiendo su software de programación (no está completamente instalado) y tiene un carácter curioso y reflexivo, ya que aún no lo sabe todo (por ejemplo, no reconoce a los humanos como sus creadores). A través de Cutie, Asimov nos regala un recorrido por algunas de las ideas filosóficas tal y como ocurre en El mundo de Sofía de Jostein Gaarder.
Cutie no aplica la lógica y su discurso parodia al de las religiones. Por ejemplo, cree que es una criatura de Dios y no confía en las explicaciones racionales sobre el origen del mundo o de las estrellas. La actitud «preguntona» de Cutie se contagia al resto de robots, que empiezan a comportarse como si estuviesen en una secta y tratando a los humanos como mascotas, no como amos.
Durante una tempestad de electrones, se hace imprescindible que desde la estación espacial envíen un rayo muy preciso para abastecer la Tierra. De no hacerlo o fallar, el planeta se destruiría. Los astronautas tienen miedo de dejar que Cutie mande el rayo, ya que no confían en ella. Sin embargo, lo hace a la perfección y logra salvar la Tierra, demostrando que, pese a las apariencias, ella sigue cumpliendo con las tres Leyes de la Robótica.
Capítulo IV: Atrapa esa liebre
Los astronautas Powell y Donovan están encargados de una producción minera explotada por robots. Cuando los humanos los observan su trabajo es perfecto, pero por la noche, cuando no hay nadie mirándolos, ocurren errores que ni Dave, el robot jefe, es capaz de explicar.
Powell y Donovan deciden estudiar mejor el cerebro de estos robots (llamado positrónico) y espiarlos por monitores para ver cuál es la causa de la baja producción. Así descubren que su comportamiento es efectivamente extraño: por las noches se dedican a ensayar una especie de baile. Cuando deciden continuar sus investigaciones, esta vez entrando directamente a los túneles, sufren un accidente y quedan atrapados. Es entonces cuando, al llamar a los robos para que les salven, comprenden que los bailes eran un modo de que Dave recuperase el control sobre su equipo de robots y gestionar el nerviosismo por estar en una mina.
Capítulo V: Embustero
La creación de un robot llamado Herbie está causando preocupación, ya que parece que puede leer la mente de sus interlocutores.
En la investigación sobre si esto es cierto coinciden el director de la compañía US Robots, Lanning, y su número dos, Bogert, además de Susan Calvin, experta en psicología y robots. Cuando hablan con él Herbert genera un conflicto entre ellos, ya que hace pensar a Susan que Lanning corresponde sus sentimientos de amor. A Bogert le dice que su superior está pensando retirarse y que le va a dejar su puesto. Por lo tanto, nos damos cuenta de que el robot no lee los pensamiento como tal, sino que accede a las aspiraciones y deseos secretos de las personas.
La psicóloga entiende entonces lo que el robot está haciendo y decide interrogarle. Consigue hacerle confesar que lo hacía por su bien. Según la primera ley de la robótica él tenía la misión de proteger siempre a los humanos hasta el punto de que les dice lo que quieren oír para no dañarlos y que sean felices. La conclusión es que la ley no distingue entre «deseo» y «verdad», creando una paradoja.
Capítulo VI: El pequeño robot perdido
La presencia de varios especialistas de US Robots es requerida cuando un robot logra escapar y camuflarse luego dentro del grupo de robots Nestor, ya que todos eran el mismo prototipo. Susan Calvin también es llamada y participa en la investigación junto al director Bogert y el general Kallner. Este último confiesa que las Leyes de la Robótica han sido levemente modificadas en los modelos Nestor, ya que sus misiones conllevaban un pequeño riesgo para los humanos que los robots debían «obviar» para completar su trabajo. Es decir, los robots no pueden dañar a los humanos pero se olvida la segunda parte de la «inacción», por lo que no deben evitar que un humano sea dañado por un factor extraño.
Coinciden en que el ejemplar perdido sabe que lo quieren destruir por haber sido capaz de escaparse, por lo que se está escondiendo entre el resto. En la investigación descubren que salió huyendo cuando un operario le insultó.
Calvin decide hacer una serie de interrogatorios, poco reveladores, y unas pruebas para encontrar al fugitivo. En las pruebas simula situaciones en las que humanos y robots están en peligro. Es entonces cuando se da cuenta de que hay uno que está desarrollando un «complejo de superioridad» y es más violento por ello, creyéndose mejor que los humanos. Sabiendo esto, no solo lo destruyen a él, sino al resto de prototipos para evitar más errores.
Capítulo VII: ¡La fuga!
Dos empresas robóticas, una de ellas US Robots, se enzarzan en una apuesta en la que tendrán que demostrar quien tiene la inteligencia artificial más potente y capaz de diseñar una nave que realice un viaje hiperespacial. US Robots encarga la misión a Cerebro, una mega máquina que completa la tarea en unos pocos días. El problema es que cuando dos astronautas acuden a comprobar cómo es la nave, esta los secuestra y los lanza al espacio de nombres.
La nave no es nada cómoda y los astronautas, en su viaje hiperespacial, tienen que alimentarse solo con habas y leche, como si fuese una broma. Sin embargo, Cerebro se ha mantenido fiel a la primera ley, porque consiguió revivir a los astronautas, que murieron durante unos segundos cuando se inició el despegue. Cuando Calvin le reprocha que, por mucho que haya cumplido la ley no ha tenido en cuenta la ética y las consecuencias, el robot se muestra irónico.
Capítulo VIII: La prueba
Stephen Byerley es un robot que compite contra humanos, simulando ser uno de ellos, por el puesto de fiscal y lo consigue.
El robot Stephen Byerley logra engañar a casi todo el mundo haciéndose pasar por humano y luchando por llegar a fiscal. Solo una persona le pone en duda, pero cuando Susan Calvin acude para comprobar si es o no un ser artificial, concluye que no lo es. Su engaño es tal que incluso incumple, aparentemente, la Ley Robótica, asestando un puñetazo a un contrincante en un debate político. Sin embargo, descubrimos que en realidad ese contrincante era un robot haciéndose pasar por humano.
Byerley se sale con la suya y llega a lo más alto de las esferas políticas. Descubrimos que Calvin sabe que en realidad es un robot, pero que al ser un buen gobernante (ético, bueno y justo), es mejor dejarlo hacer. La conclusión a la que llega la psicóloga es que las tres Leyes de la Robótica en realidad deberían ser los preceptos por los que se guiase cualquier sistema político del mundo.
Capítulo IX: El conflicto evitable
El ya presidente planetario Byerley cita a la psicóloga Susan Calvin para hablar con ella de un tema que le preocupa: la economía mundial corre peligro por la acción de las máquinas de inteligencia artificial. Por lo que él ha estado investigando, hay un grupo en contra de los robots que está introduciendo datos falsos en el sistema para que estos erren y la economía sufra.
Byerley ya se ha reunido con otros presidentes para llegar a un acuerdo e intentar ilegalizar a ese grupo anti-robots. Calvin sin embargo le disuade, y le hace ver que ese conflicto entre hombre-Máquina ya está previsto por las máquinas y que, siguiendo la primera ley de la robótica, harán lo que sea para subsanar errores económicos que puedan poner en peligro a los humanos o causar una guerra. Byerley le recuerda que las máquinas no fueron capaces de explicar esos fallos, por lo que no sabe si se puede confiar en ellas, pero Calvin le indica que lo que le dijeron los robots es que «no admitía explicación». Por lo tanto, es posible que entiendan el porqué pero consideren que es más conveniente no decirlo para proteger a los humanos.
Esto nos hace pensar a los humanos en cómo, en nuestro presente, en ocasiones los políticos nos esconden información, los debates llegan a puntos muertos porque nadie quiere contar más, las investigación de corrupción no concluyen… Haya o no máquinas, nuestra obligación como humanos siempre será dudar.
Por qué es interesante leer Yo, Robot
Leyendo nuestro resumen de Yo, Robot seguro que te has planteado cuestiones sobre la tecnología, la ética, la ciencia… Y cómo estas se interrelacionan en nuestra realidad.
Lo más interesante que tiene este libro es que el autor lo contextualizó en un futuro lejano para él pero que es casi nuestro presente. Por lo tanto, los dilemas y conflictos a los que se enfrentan los personajes son aquellos a los que, probablemente, se estén enfrentando científicos en la actualidad. El mensaje que además nos deja Asimov es que, como sociedad, debemos poner en duda todo y tratar de entender la situación al completo.
Yo, Robot es una oportunidad para leer una distopía y una obra de ciencia ficción que ha envejecido demasiado bien, hasta el punto de que se acerca a ser una ficción realista. Esto mismo ocurre con la novela 1984, del autor George Owell.
Preguntas y respuestas de Yo, robot
Quizá sea por su contenido, pero los relatos de Yo, Robot generan muchas dudas. A continuación, respondemos a las preguntas más comunes.
¿Cuál es el tema principal del libro Yo, robot?
El tema principal de Yo, robot es la convivencia entre robots y humanos. En los argumentos de cada historia ocurren sucesos que ponen en peligro esa convivencia estable y pacífica, pero siempre se encuentra una solución o entendimiento.
¿Cuál es el conflicto de Speedy Yo, robot?
Speedy entra en conflicto porque, al recibir la orden de ir a por selenio cuando los astronautas están en peligro, no sabe por qué ley de la robótica guiarse. Por un lado, debe cumplir la orden, pero por otro lado su prioridad es salvar a los humanos. Su software no logra entender que debe hacer lo primero para conseguir lo segundo.
¿Cuáles son los personajes del libro Yo, robot?
En Yo, Robot hay varios personajes y no todos aparecen en todos los relatos. El hilo conductor es Susan Calvin, la psicóloga de robots. Otros personajes recurrentes son los astronautas Donovan y Powell, el director Lanning y su ayudante (luego director) Bogert y varios robots (destaca Byerley que aparece en dos cuentos).
¿Qué mensaje deja la obra Yo, robot?
El mensaje que nos dejan los relatos de Yo, robot es que las leyes de la robótica son importantes. Solo su cumplimiento garantizará la convivencia ética y pacífica entre humanos y máquinas.
¿Qué tipo de narrador es Yo, robot?
Es un narrador testigo, ya que relata lo que ocurre pero no forma parte de la historia ni conoce al detalle lo que pasa por la mente de los personajes.
¿Cuáles son las tres Leyes de la Robótica en Yo, robot?
Las Leyes de la Robótica enunciadas por Isaac Asimov son:
- Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda Leyes.
¿Cuál es el objetivo de las tres leyes de los robots?
El objetivo es garantizar el correcto desarrollo tecnológico de los robots, asegurando así una convivencia adecuada con los humanos. Funcionan como un código de conducta para proteger a los hombres de las máquinas.
¿Cuál es el resultado de violar las tres Leyes de la Robótica?
Un robot que quebrante o viole una o varias de las tres Leyes de la Robótica se autodestruye. Es decir, ha sido programado para cumplirlas y, si no lo hace, su propio cerebro dejaría de funcionar. Si no lo hace, los humanos lo harán.
¿Cómo se llama el personaje principal de Yo, robot?
El personaje principal que en más relatos aparece es Susan Calvin, la psicóloga.
Si hablamos de la película Yo, robot, protagonizada por Will Smith, el nombre del protagonista es Detective Del Spooner. No obstante, el robot Sony también es imprescindible en el argumento.
¿Cuál es el hecho que desencadena la acción en la película Yo, robot?
La película I, robot (Yo, robot en España) se inicia cuando un robot llamado Sonny se ve implicado en el asesinato de un científico, el Dr. Alfred Lanning.
¿Cómo se clasifica el relato de Isaac Asimov?
Todos los relatos de Isaac Asimov se clasifican dentro del género de ciencia ficción.
¿Quién mató al doctor Lanning?
En la película Yo, Robot el asesino del Dr. Lanning es el robot Sony, sospechoso desde el principio. Sin embargo, lo hace porque era el único modo de llamar la atención sobre lo que podría pasar: el ordenador central de la compañía US Robots se había descontrolado y podía acabar matando a humanos.
¿Cuál es el papel de los científicos en la película Yo, robot?
Los científicos de Yo, robot tienen un papel importante, ya que son los encargados de entender y solucionar lo «fallos» en los robots.
¿Cómo se llama el androide de la película Yo, robot?
Su nombre es Sony.
¿Qué características tiene el robot perdido?
El robot perdido, y todos los de su prototipo, tienen las Leyes de la Robótica alteradas. En la primera ley «Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.», se les ha configurado sin la segunda parte (la de la «inacción»), para que sigan sin matar humanos pero no eviten su muerte por un factor externo.
¿Cuándo fue escrito el libro Yo, robot?
Isaac Asimov escribió Yo, robot en 1950, publicándose la obra el 2 de diciembre de ese mismo año (su editor fue Gnome Press).
¿Cuál es el nombre del robot que lee la mente en Yo, robot?
Su nombre es Herbie.
¿Cómo es Robbie de Yo, robot?
Robbie es un robot-niñera que no puede hablar pero que cuida con devoción y protección a la niña que está a su cargo. La idea de que no hable es evitar que la pequeña pueda desarrollar sentimientos hacia él. Además, es muy inteligente y ágil físicamente.
¿Cuál es la influencia de Isaac Asimov en la robótica?
Su intención fue plantear una realidad en la que los robots no fuese temidos (por el famoso «complejo de Frankenstein»). En cambio, quería que se considerasen máquinas inteligentes pero siempre al servicio de los humanos. Lo consiguió, ya que estudio dilemas que, aunque no se habían dado y eran ciencia ficción, demostraban que esto era posible.
En conclusión, normalizó las relaciones entre robots y seres humanos, definiendo además las tan importantes Leyes.
¿Quién fue Isaac Asimov y cuáles fueron sus aportaciones a la ciencia y la literatura?
Isaac Asimov fue un autor ruso y profesor de bioquímica. Junto a Arthur C. Clarke y Robert Heinlein forma parte de los Big Three, un grupo de escritores que triunfaron dentro de la literatura de ciencia ficción.
Aunque ejerció como químico, su éxito fue dentro de la narrativa. Sin duda, Yo, Robot es su compilación más famosa e incluye algunos de sus relatos más memorables. No obstante, existen otros (publicados en otros libros) igualmente interesantes y que han recibido reconocimientos de la crítica como el Premio Hugo o el Premio Nébula.
Sus aportaciones a la literatura por tanto son múltiples, ya que nos dejó cuentos donde la robótica era protagonista. Esto es importante sobre todo si pensamos que en la segunda mitad del siglo XX, cuando Asimov publicó su obra, «robótica» era una palabra poco utilizada.
En la ciencia también hizo grandes aportaciones, ya que planteó dilemas éticos sobre los avances. Además, dejó por escrito las famosas tres Leyes de la Robótica, que deberían seguirse en la tecnología y aplicarse a otros ámbitos. Por otro lado, en muchos artículos y en sus novelas realizó una importante divulgación científica. De hecho, en una publicación llegó incluso a predecir algunos aspectos de cómo sería el mundo en 2014 (acertó, por ejemplo, en que existiría un automóvil dirigido por un cerebro robótico).
Si quieres saber más sobre la apasionante, literaria y científica vida de Asimov, te recomendamos leer este artículo de National Geographic.
Si estás pensando en leer Yo, Robot, inténtalo. Además del libro, que puedes conseguir fácilmente en una biblioteca o librería y en Amazon, puedes acercarte a esta historia de ciencia ficción en formato cómic. ¿A qué esperas para recibirlo en tu casa? Puedes hacerlo a través de este enlace.