Una buena historia de amor puede ser tan potente que te tenga atrapado desde el minuto uno. Este, sin duda, es el caso de «Se acabó el juego», la novela de Tamara Marín que se presenta como secuela y segunda parte de uno de sus libros más aclamados y populares, «Sígueme el juego». Con el mundo del baloncesto y la NBA como telón de fondo, la autora vuelve a presentar una historia de amor aparentemente imposible.
El amor es la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al cuerpo y al corazón.
Voltaire.
Sin embargo, el choque de personalidades, las sorpresas del destino y, sobre todo, la enorme atracción que surge con el pasar de las páginas, acaban convirtiendo este libro en una de esas novelas románticas que te atrapan y te tienen en vilo con cada encuentro, mirada o cita.
Resumen de «Se acabó el juego» de Tamara Marín
El libro de «Se acabó el juego» comienza con la voz de Jake, un exitoso representante de estrellas de la NBA que, 25 años antes de subir al estrellato, tuvo que atravesar una de las infancias más duras que pueda imaginar. Sin embargo, con mucho esfuerzo y determinación, logró salir adelante y acabó siendo uno de los tiburones de las grandes élites del deporte internacional.
Paralelamente a este potente personaje, encontramos ya en el segundo capítulo la voz de Liz, una joven e ingenua periodista que llega desde su pueblo a la gran ciudad para ejercer su profesión. Sin embargo, sus comienzos laborales son en una cuestionada revista de cotilleos que hará que se meta en un gran problema y acabe conociendo a Jake.
El destino de estos dos personajes acabará juntándose y, a pesar de tener personalidades y proyecciones completamente diferentes, sus destinos acaban entrelazándose y juntos protagonizarán una compleja pero apasionada historia de amor.
Comienza como una historia imposible
Él es frío, calculador y seguro de sí mismo. Ella, por el contrario, inocente, confiada y un tanto tímida. Sin embargo, a pesar de ser polos opuestos de un imán, sus caminos se acaban mezclando después de que Liz acabe publicando en la revista de cotilleos un artículo sobre uno de los jugadores de baloncesto que Jake representa lleno de calumnias.
Con esta premisa, el primer encuentro de ambos es un tanto tenso pero, sin embargo, se puede sentir la atracción ya desde las primeras miradas. Aun así, y después de semejante encontronazo, Jake hace un pacto con Liz; deberá investigar a uno de sus jugadores, Tom, quien sospecha que está metido en asuntos turbios.
Lo que Jake no esperaría jamás es que esta decisión acabaría condenándolo durante todo el libro ya que, cuando Liz conoce a Tom comienza en torno a ellos una relación cargada de un secreto. Este se lleva manteniendo durante toda la novela y hará que ambos personajes se acaben desarrollando.
Un gran secreto se interpone entre ellos
Jake creía que Tom era sospechoso pero, lo que desconocía, es que en realidad Tom estaba colaborando con el FBI para investigar a su manager, Michael. Cuando los investigadores ven que Liz y él comienzan a tener encuentros rutinarios (fruto de la investigación encubierta y secundaria de Liz y Jake) estos deciden que finjan ser pareja para poder acercarse y ganar la confianza de Michael y conseguir pruebas.
Lo complejo llega cuando, además de tener que fingir estar en una relación, Tom y Liz no pueden decírselo a absolutamente nadie, y eso incluye a Jake y al amor secreto de Tom, Deisy. Desde ese momento, ambos deberán fingir citas románticas, encuentros fortuitos e incluso el bombazo de irse a vivir juntos. Jake, sin embargo, no se da por vencido y, conforme se va dando cuenta de que siente verdadero amor por Liz, acaba buscándola y teniendo encontronazos llenos de pasión.
Liz en ese momento está hecha un lío. No puede confesarle a Jack que ella también está enamorada de él y que lo de Tom es una farsa. El FBI sigue requiriendo su colaboración pero la pasión que tienen ella y Jake cada vez es más intensa. Todo acaba estirándose hasta tal punto que Jake le confiesa todo y, con el corazón roto y sin poder encontrar una salida a su situación, Liz no puede corresponderle y cree haberlo perdido para siempre.
Finalmente el amor todo lo puede
Sin embargo, muchas veces el amor es más fuerte que toda circunstancia. Finalmente, el FBI gracias a Tom y Liz consiguen las pruebas para culpar a Michael de corrupción. Nada más enterarse, ambos deciden volver a tomar las riendas de su vida. Tom corre a disculparse con Deisy y a confesarle su amor y Liz, que ya creía que había perdido a Jake, publica un emotivo artículo en el periódico.
En él cuenta toda la verdad de lo que ha estado pasando estos meses y le manda un mensaje directo y público a Jack; siempre estuvo completamente enamorada de él. Jake, finalmente, deja caer toda barrera emocional y se deja llevar por ese profundo sentimiento. Finalmente las dos parejas acaban felices y con la satisfacción de que el amor todo lo puede.
Análisis de los personajes de «Se acabó el juego»
A pesar de que en la novela de “Se acabó el juego” hay varios personajes secundarios que van haciendo que la trama se desarrolle, como es el caso del FBI o de Michael, lo cierto es que, indudablemente hay dos protagonistas, Liz y Jake, y, muy pegadas a ellos, dos protagonistas secundarios que se convierten en testigos y, en ocasiones, causantes de todo el desarrollo del texto. Estos son Tom y Deisy.
Es por eso que, tras hacer un resumen de todo el libro de “Se acabó el juego”, vamos a profundizar un poco más en los personajes principales para ver cómo es su desarrollo y evolución a lo largo del libro.
Personajes principales
- Liz: Se trata de uno de los personajes que más llega a evolucionar dentro de la novela. Es una de las voces narrativas con más peso y, a pesar de que comienza teniendo una personalidad ingenua y frágil, acaba apoderándose de toda la situación y tomando las riendas de la trama. Se trata de una de las transformaciones con más peso de la novela.
- Jake: Este personaje cumple con el rol de tipo duro y con secuelas del pasado. Se dedica buena parte de la introducción para justificar su carácter con los traumas de la infancia. Al igual que Liz, tiene un gran desarrollo en la novela y, finalmente, toda la trama hace que mejore y supere todas las dificultades.
- Tom: Este personaje secundario es de los más cautivadores y, desde el punto de vista narrativo, se convierte en el leit motiv de todo el conflicto ya que generará la tensión entre los protagonistas. Se trata de uno de los jugadores de baloncesto a los que representa Jake y que, en un primer momento, se sospecha que está siendo corrupto. Finalmente, se descubre todo lo contrario y es uno de los personajes que más ternura irradia.
- Deisy: A pesar de que parece un personaje bastante apartado en comparación con los otros tres, Deisy es el personaje que consigue resolver el conflicto amoroso, al ser el motivo romántico de Tom. Se trata de un personaje cariñoso y carismático, haciendo que esta pareja secundaria gane un gran peso sentimental en el lector.
Tipo de lector ideal para «Se acabó el juego»
Dentro de la literatura hay muchas opciones y todo tipo de lectores. Habrá a quienes les puedan gustar las novelas de fantasía o los que busquen algún texto más didáctico e ilustrativo. Sin embargo, hay un gran nicho de lectores que son fanáticos de las historias románticas y “Se acabó el juego” está especialmente pensado para ellos.
Las novelas de amor o románticas llevan décadas teniendo un público muy fiel y selecto. A pesar de que las tramas suelen resultar bastante repetitivas, el truco está en poder proponer al lector unos personajes con los que empatizar rápidamente y estar dentro de la historia.
En este sentido, cualquier lector que le gusten los personajes con desarrollo, las historias de amor platónicas, las novelas con subidas de tono y las tramas íntimas se podrá sentir bastante satisfecho con esta novela.
¿Por qué es interesante leer «Se acabó el juego»?
“Se acabó el juego” es una novela que, a pesar de proponer un tipo de historia romántica bastante cliché, acaba convirtiéndose en una novela que engancha y que mantiene la tensión en el lector.
Esto se consigue, en parte, por el peso que tienen las tramas secundarias, por el estilo ágil y fresco de la autora pero, sobre todo, por el juego de voces. En lugar de tener un narrador omnisciente o, por el contrario, fijar un personaje como narrador testigo, Tamara Marín decide desdoblar las voces y hace que en cada capítulo hable uno de sus protagonistas, llegando a tener pasajes desde la visión de Tom o Deisy.
Este recurso no solo hace que el lector pueda empatizar mejor con todos ellos, sino que le permite anticiparse a los hechos, sabiendo en todo momento lo que piensan los cuatro y cuáles son las causas de los malentendidos que se van generando. Sin duda, una herramienta que es todo un acierto en este tipo de novelas en las que la tensión y la incertidumbre están siempre latentes.
¿Qué nos aporta la lectura de «Se acabó el juego»?
La lectura de “Se acabó el juego” es bastante sencilla y ágil de leer. Esto hace que se convierta en un libro que nos aporta entretención y una trama bien estructurada. Sin duda, el punto fuerte radica en la gran dedicación que Tamara Marín ha puesto en desarrollar cada uno de los personajes.
De este modo, no solo el lector pasará las páginas para saber qué ocurre entre Jake y Liz, sino que quedará enganchado de todo el universo que tienen a su alrededor con los demás personajes secundarios.
A pesar de que está ambientada en escenarios bastante convencionales como EE.UU y que se juega con estereotipos como el tipo duro, la chica inocente y las grandes esferas de poder, lo cierto es que el contexto queda en un segundo plano y se anteponen los personajes y sus emociones.
“Se acabó el juego” es la lectura perfecta después de haber leído “Sígueme el juego” y aporta un tipo de trama perfecta para tener en la mesilla de noche y pasar un rato entretenido y lleno de pasión y sentimientos.
Las novelas románticas como «Se acabó el juego» están de moda
Hoy en día, y a pesar del gran avance de las nuevas tecnologías, la literatura ha ido ganando posiciones y cada vez son más los géneros y propuestas que se pueden encontrar en las librerías. Sin embargo, el nicho de las novelas románticas siempre ha sabido permanecer intacto ya que, se ha llegado a demostrar con ello, que las novelas de amor no pasan de moda.
En este caso, Tamara Marín ha sabido descubrir perfectamente qué tipo de escritora es y ha querido explotar su talento llegando a escribir “Se acabó el juego”, la secuela de la novela con la que se posicionó como una de las mejores autoras románticas de habla hispana.
El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo.
Sigmund Freud.
Lo cierto es que, aunque muchos libros necesitan tener éxito en su promoción, en los libros románticos, los fanáticos de este tipo de lecturas siempre están al tanto de las nuevas publicaciones. Es por eso que “Se acabó el juego” consiguió tener en su día muy buena acogida y se ha convertido en un libro bastante aclamado por todos sus seguidores.
Y es que, aunque muchas veces los autores acaban complicándose creando universos fantásticos, tramas complejas y recursos experimentales, finalmente, una buena historia romántica es capaz de enganchar a todo el mundo. El amor es un sentimiento universal y, cuando hay talento y verdad, los lectores se dan cuenta y conectan automáticamente.